“Si no estás casada, desde ahorita te casas con tu tratamiento”: mediaciones encarnadas en el trabajo de mujeres acompañantes pares en VIH en México

Resumen (Español)

“Si no estás casada, desde ahorita te casas con tu medicamento”, exclama Mariel, coordinadora y acompañante par en un grupo de mujeres con VIH en una clínica estatal de la CDMX. Ella recurre a su experiencia sobre ser mujer y vivir con el virus para impulsar a sus compañeras a tomar el tratamiento antirretroviral como un compromiso de vida, tal como el matrimonio. En esta presentación se exploran las formas en que la biopolítica opera en la respuesta a la epidemia, desde la perspectiva específica de mujeres acompañantes pares en México. Se discute críticamente la contradicción que implica la estrategia biomédica global "Tratamiento como Prevención", en su dimensión enteramente dependiente de la adherencia individual para tener un efecto sobre la población en su totalidad. Con base en la experiencia etnográfica de 5 años en el proyecto de investigación-acción Yantzin: mujeres acompañantes pares en VIH, se analiza en sesiones de grupo, entrevistas individuales y reuniones de trabajo, la producción de sujetos de adherencia al TAR, en la que las acompañantes pares emergen como agentes centrales de la interfaz entre el conocimiento científico y el saber de la experiencia. En este campo de subjetivación es patente una tensión en la que el deseo de vivir es facilitado y al mismo tiempo condicionado, por la intervención biomédica. Las acompañantes pares no se limitan a transmitir información, sino que la reconfiguran, traduciendo los imperativos científicos en prácticas cultural y emocionalmente significativas para sus compañeras. Más allá de la mera obediencia al saber médico, ellas tuercen las tecnologías de poder, usándolas para habilitar proyectos de vida, pertenencia a un colectivo e inclusive alegría vital. Su mediación—compartir sus historias, afectos y estrategias de cuidado de sí— representa un desafío epistemológico a la racionalidad conductista de los modelos biomédicos. Su presencia corporal misma en los grupos constituye la prueba encarnada de que, aun con el virus, un proyecto de felicidad es posible.