Mandatos de humanidad: El blanqueamiento a partir de las autorregulaciones corporales y afectivas.

Resumen (Español)

“Con mi otra abuela no había pedo. Te podías sentar en el brazo del sillón o en el piso, para oír la radio, jugar o comer. Con mi abuela Celia jamás. Te sientas en la mesa derechita frente a tu plato; no se habla mientras comes; los codos en la mesa jamás; no te atraviesas para agarrar algo de la mesa, lo pides por favor y gracias; los cubiertos jamás se dejan sobre el plato, se ponen a un costado; si se te caía un tenedor era un pedo.[…] - ¡Ay es que no entienden!, ¡Siempre comen como bestias! ¡Ve nada más! Quieren convivir como animales[...]”.

Este es un fragmento de una entrevista realizada durante mi trabajo de campo con mujeres mestizas de la Ciudad de México. A partir de estas narrativas, podemos entender la blanquidad más allá del fenotipo, como una red de relaciones de poder(Iturriaga,2020). El blanqueamiento, en este sentido, es una negociación constante sobre el valor de nuestra existencia(Fanon,2008).

En el ejemplo arriba citado, la blanquidad se construye a través de su opuesto dicotómico: la animalidad. Todo aquello que se acerque a lo animal es objeto de regulación, violencia y exclusión(Ko y Ko, 2021). Por eso, propongo explorar el concepto de mandatos de humanidad: exigencias sociales, corporales y afectivas que regulan quién merece ser considerado plenamente humano y que le disciplinan corporal, social y afectivamente para ser leído como tal.

A partir de los resultados de mi investigación de grado, retomo los mandatos de masculinidad de Segato (2018) y los mandatos de blanquidad de Santana-Perlaza (2023) para pensar la blanquidad como un título inestable que debe renovarse constantemente mediante la adhesión a ciertas normas de comportamiento.

Esta ponencia aporta a la antropología al visibilizar formas cotidianas y encarnadas del racismo en contextos mestizos. La categoría mandatos de humanidad permite articular procesos de blanqueamiento con otros ejes de opresión como la clase y el género, y desmontar el mestizaje como ideología nacional que reproduce desigualdad estructural.