Abstract (English)

In this panel we propose to go through worlds composed of more-than-human socialities, analyzing the limits of the living and the lived. Our intention is to approach some ethnographic examples that allow us to rethink multispeciesist proposals. In particular, two concerns mobilize us. First, multispecies studies ask how human lives, ways of life and responsibilities end up constituting these entanglements. An immense complexity of life forms has been shaping us with the depth of millennia, so that in this symposium we also call on the worlds that think of themselves as modern to show their discontinuities. Secondly, we are interested in drawing attention to the frontiers of multispecies studies. We know that these initially focused on non-human life forms such as plants, fungi and animals. Subsequently and gradually, they opened up to other vitalities that many [of us], but not all, consider non-living beings. We call then, to rethink the limits of the living, since we need less binary and more tentacular life histories, in pursuit of new habitabilities in the ruins. We seek to develop a choreography that contemplates the multiple animalities, vegetalities and mineralities that compose the spongy worlds of life.

Resumen (Español)

En este panel proponemos recorrer mundos compuestos por socialidades más-que-humanas, analizando los límites de los vivo y lo vivido. Nuestra intención es abordar algunos ejemplos etnográficos que nos permitan repensar las propuestas multiespecistas. Particularmente, dos inquietudes nos movilizan. En primer lugar, los estudios multiespecies se preguntan cómo las vidas humanas, los modos de vida y las responsabilidades terminan constituyendo estos enredos. Una inmensa complejidad de formas de vida nos vienen moldeando con la profundidad de los milenios, por lo que en este simposio convocamos también a los mundos que se piensan modernos a mostrar sus discontinuidades. En segundo lugar, nos interesa llamar la atención sobre las fronteras de los estudios multiespecies. Sabemos que inicialmente estos se concentraron en formas de vida no humanas como plantas, hongos y animales. Posterior y paulatinamente, se fueron abrieron hacia otras vitalidades que muchos [de nosotros], pero no todos, consideramos seres no vivos. Convocamos entonces, a repensar los límites de lo vivo, dado que necesitamos de historias de vida menos binarias y más tentaculares, en pos de nuevas habitabilidades en las ruinas. Buscamos desarrollar una coreografía que contemple las múltiples animalidades, vegetalidades y mineralidades que componen los esponjosos mundos de la vida