Plantar, comer, cocinar y desechar en América Latina: Apuntes y debates para pensar en colectivo una antropología de la comida.

Resumen (Español)

Comer implica tanto un fenómeno biológico como un hecho social total. Es decir que trama, sin soslayar, tanto efectos nutricionales sobre los cuerpos como un sinfín procesos históricos, políticos, culturales, ambientales, climáticos y económicos. Así, cuando seleccionamos ingredientes, ya sean cultivo propio, ganados o comprados, métodos de cocción, utensilios y condimentos, y también cuando los desechamos, sobre la base de un conocimiento común aprehendido por los integrantes de un grupo, que identifican al comensal y al cocinero con un pasado, contribuimos a inscribir en nuestra vida cotidiana dinámicas globales, allí donde la reproducción de los sujetos particulares habilita la reproducción social, generando identidades y alteridades.
Es por ello que a partir del estudio interseccional de la alimentación es posible analizar las relaciones de poder que fundamentan las desigualdades sociales. Esta cualidad, clave en el contexto latinoamericano y postpandémico, donde la exclusión de colectivos subalternizados se ha visto agudizada, nos impone la tarea de re-colectivizar la mirada.
Si bien en la alimentación ha sido un elemento constante en la antropología desde su surgimiento como disciplina, en las últimas décadas asistimos a un reverdecer de los estudios en ésta materia. Revisitando el vínculo entre comida y género, sexualidad, edad, territorio, raza, religión, cambio climático, luchas sociales y políticas, historia, economía, símbolos y diversas manifestaciones culturales. Aplicando metodologías diversas, en espacios y temporalidades diferentes, a lo largo de todo el continente, cada vez más antropólogxs ponen de manifiesto la importancia reparar en las cocinas y en los conflictos que encierran la producción, circulación y el desecho de alimentos.
Esta mesa se propone recuperar experiencias empíricas y contribuciones teóricas de antropólogxs y colegas con otras formaciones, que permitan abordar la complejidad del hecho alimentario desde perspectivas situadas y contextualizadas. Para ello, se sugieren los siguientes ejes temáticos: a) Cuerpos y emociones, hambre, asco y deseo; b) Patrimonialización de comidas, cocinas y comensalidades; c) Perspectivas interseccionales sobre prácticas y procesos alimentarios; d) Políticas públicas de regulación, promoción y circulación de productos y consumos; c) Salud y soberanía alimentaria; d) alimentación y movilidad; e) cocinas y cultura material.